viernes, febrero 16, 2007

Sueños...

Hubo una época donde de noche sufrí mucho.

Mis pesadillas me atormentaban y casi no dormía. Llegué a tener más de diez pesadillas por noche.

Les dejo tres de una misma noche del año 2001.

Primera:

Estoy en un micro que viaja a la costa. Me quiero bajar, no quiero ir a la costa. Pero no puedo bajar ni tampoco me dejan. Después de algún tiempo llegamos. Yo estoy con mis cuadros, empezamos a bajar y luego a caminar. Llegamos a una escalera de mármol enorme, se parece a un monumento o algo así. Me siento cansado por caminar mucho con el peso de mis cuadros. Comienzo a subir, me cuesta mucho. Al lado mío, acompañándome, hay una mujer. Subimos y subimos. Cuando al fin llegamos hasta arriba, miramos para abajo y podemos ver el micro en el que viajábamos. Se ve muy chiquitito por la altura. Acá arriba hay muchísimo viento que no nos deja caminar y tengo que hacer mucha fuerza para poder sostener los cuadros. Algunos comienzan a desarmarse. Empiezo a ponerme fastidioso. Ella me quiere dar un beso y yo no quiero, estoy preocupado por los cuadros. Me quiere hacer el amor y yo tampoco quiero. No se da cuenta que a mi me importan los cuadros.

Segunda:

Estoy de vacaciones con mi mamá en un Hotel muy lujoso donde nos tratan muy bien. En el Hotel están todos mis cuadros porque parece que hay que llevarlos a una exposición. Empezamos a acomodar la ropa, las cosas, y obviamente los cuadros porque nos tenemos que ir a la muestra. Comenzamos a caminar, caminamos muchísimo. Después de un tiempo estamos en el medio del campo caminando y el cielo comienza a nublarse, parece que es una tormenta. Mi mamá quiere ver los cuadros y para eso hay que sacarlos de las cajas donde los estábamos llevando. Aparecemos en un pantano y hay un mar con agua podrida. El viento de la tormenta hace que las olas sean cada vez más grandes. Mi mamá saca los cuadros de las cajas. Llueve. Le insisto en que los guarde pero ella no me escucha. Las obras se están mojando. Yo sufro y me pongo fastidioso. Rompe una ola muy grande y nos salpica con agua podrida. No hay salida. Veo que desde el fondo del mar se acerca una ola gigante y seguramente nos saldremos vivos.

Tercera:

Estoy en mi casa tranquilo barriendo cuando empiezo a sentir que la escoba no se mueve con tanta facilidad. Enseguida se queda dura, quieta y por más que haga fuerza no la puedo mover. Es como si alguien la estuviese sosteniendo con muchísima fuerza. Se mueve, la agarro fuerte pero no puedo, se mueve para todos lados. Estoy muy asustado. Me voy a mi taller para calmarme un poco y para mi sorpresa todas mis obras tienen tres dimensiones. Y se mueven. Tienen vida propia. Los personajes de mis obras me miran fijo a los ojos enojados. Me dicen que los deje tranquilos.