lunes, agosto 25, 2008

Museos...


Siempre que voy al museo miro a un solo artísta...
Voy en busca de algo puntual, muchas veces Rothko, otras De la Vega, a veces Pío Collivadino, Pollock; pero nunca miro más de un artísta.
Todos juntos me saturan.
Entro decidido como un sonámbulo, encuentro lo que busco, me detengo media hora, lo acaricio y siento al pintor, quizás lloro un poco y me retiro.
Ya en la calle, con esa dosis de Verdad, puedo respirar mejor y estoy apto para soportar la vida un rato más.

Arriba: "La hora del almuerzo" 1903. Pío Collivadino.