jueves, enero 28, 2010

El problema del arte...


Una galería dividida en diversas salas. Las paredes llenas de lienzos pequeños, grandes, medianos: animales bebiendo agua, paisajes, una crucifixión hecha por un artísta que no cree en Cristo, flores, figuras sentadas, mujeres desnudas, un retrato. Todas estas imágenes están impresas en el catálogo, también los nombres de los artistas y los nombres de los cuadros. Las personas llevan estos catálogos en las manos y van de un lienzo a otro, ojean y leen los nombres. Luego se marchan, tan pobres o tan ricas como entraron, y son absorbidas inmediatamente por sus intereses, que no tienen nada que ver con el arte. Las almas hambrientas se van hambrientas. La gran masa encuentra las obras "bonitas". El hombre que podría decir algo al hombre, no ha dicho nada, y el que podría oír, no ha oído nada.

A cambio de su habilidad, fuerza inventiva y emotiva, el artista busca la recompenza material. La satisfacción de su ambición y codicia se convierte en su meta.

En lugar de un trabajo profundo y solidario con los demás artistas, surge la lucha por estos bienes. Casi todos se quejan de la excesiva competencia y la excesiva producción. Odio, partidismo, camarillas, celos, intrigas, son la consecuencia de este arte materialista despojado de sentido.

Kandinsky.


Si nos llega dinero por nuestra obra, está bien. Pero pintar "para" ganar dinero es una abominación. Esa abominación se paga con el abominable producto que así se engendra.

Ernesto Sábato.