miércoles, febrero 24, 2010

Yo...


La gente que vivía en mi vecindario rara vez soñaba con ser feliz. La rutina y la capacidad de aguante lo eran todo: la seguridad y el hecho de saberse a salvo eran la recompensa por una vida monótona.


Y a mi no me interesaba ni la rutina, ni la capacidad de aguante, ni la seguridad, ni el hecho de saberme a salvo, ni la monotonía. Solamente La Libertad, La Belleza y La Verdad... así con mayúsculas.