martes, diciembre 25, 2007

Steve Prefontaine...




"Corro mejor cuando corro libre y eso es mi %100 de mí el %100 del tiempo"

miércoles, diciembre 12, 2007

Emilio Fatuzzo: entre lo espiritual y lo poético...

Llegue al bar Británico, para entrevistar a Emilio Fatuzzo con algunas preconcepciones con respecto a como seria tener esta experiencia sensible con un artista en particular. Esto es nuevo para mi pensé, pero no para el. Comenzaron a asaltarme prejuicios tales como, no tener la capacidad para estar a la altura quizás intelectual de una persona que dedica su vida de lleno al arte desde el lado de la producción vs. Mi mirada desde el lado teórico. También pensé en la eterna querella artista- critico de arte. ¿El tendrá algún tipo de prejuicios sobre estos temas?... Acaba de llegar Emilio no puedo pensar mas.
Entramos y mi relajación fue casi instantánea. Comencé a sentir que esos prejuicios que rondaban mi mente se iban desvaneciendo. Le pregunte sobre su formación artística y al escucharlo hablar comencé a desdibujar ese enajenamiento que había construido anteriormente en mi mente.
De a poco fuimos entrando en terreno interesante, donde pude aplicar ciertos conocimientos teóricos que me conectaron con su sensibilidad.
Indagando acerca de como se da en el particularmente el proceso creativo, algunas ideas acerca del arte que aporta Heidegger pueden ayudarme como marco conceptual de su experiencia particular. En su obra “El origen de la obra de arte”[1] nos aproxima en un primer lugar a la definición de origen: “Origen significa aquí aquello de donde una cosa procede y por cuyo medio es lo que es y como es. Lo que es algo, como es, lo llamamos su esencia. La pregunta sobre el origen de la obra de arte interroga por la fuente de su esencia.” Podemos decir que el proceso creativo esta relacionado en un primer momento con esta idea del “origen de la obra de arte” Emilio considera que en el proceso de creación, se da una especie de dialogo entre el y la pintura, se van respondiendo y preguntado a medida que se va manchando la tela. Este dialogo condice con la idea que prosigue en el desarrollo de Heidegger: “El artista es el origen de la obra. La obra es el origen del artista. Ninguno es sin el otro.” Esta reciprocidad que se da entre la obra de arte y el artista, parece faltarle un tercer elemento. Acerca de esto nos dice Heidegger: “...el artista y la obra son cada uno en si y en su reciproca relación por virtud de un tercero, que es lo primordial, a saber, el arte, al cual el artista y la obra deben su nombre.” Este tercer integrante de la triada no es olvidado por Fatuzzo. El arte como apunta Heidegger es un origen en si mismo que contiene y da vida a la obra de arte, a los creadores, a los contempladores ya la existencia histórica de un pueblo. Todas estas variables que contiene el arte son retomadas por Emilio. Habla de la importancia de la contemplación de la obra en si: “Yo soy mas espectador que pintor, a veces sentí que el arte me salvo la vida.”
Quisiera retomar la idea que surge a partir de mi pregunta a Emilio acerca del proceso de creación. En un momento dice: “A veces siento que la obra me supera.” La obra se va formando en ese dialogo con el artista pero a su vez es algo individual que lo va superando, de a poco se va autonomizando y tomando vida propia. Algo similar es tratado por Kandinsky en “Sobre lo espiritual en el arte”[2] cuando dice: “Aislada de el, (artista) ella (obra de arte) toma vida propia y se constituye en algo individual, una entidad independiente que respira en forma autónoma y posee una existencia material real.”
También le pregunte a Emilio acerca del surgimiento de su inspiración. Me contesta, de forma determinante: “Todo surge de una necesidad interior” Kandinsky también analiza este origen de la inspiración que se convertirá, para este artista en el fin mismo de la pintura: “El artista no tiene por fin la reproducción de la naturaleza, aunque esta sea artística, sino la manifestación de su mundo interior” coinciden en ese dejar al descubierto el interior del artista en cada obra sin necesidad de atender a las imposiciones realistas de la naturaleza. Esto se relaciona íntimamente con lo espiritual del arte que es el concepto fundante de la obra de Kandinsky.
Seguí hablando con Emilio acerca del fin del arte, cual es su objetivo, y me contesto: “Si es que sirve para algo es para abrir el corazón de las personas. El artista abre el corazón para crear y el espectador también. El arte es un medio para llegar a las personas, para elevar el espíritu” de este fin sensibilizador y espiritual también habla Kandinsky: “la pintura es un arte (…) que implica una fuerza que contribuye al desarrollo y la sensibilización del alma humana, la cual funda el movimiento espiritual”
En relación a este modo sensibilizador de permitir librar al espíritu en la obra surgió la pregunta acerca del automatismo en sus obras y que piensa acerca del academicismo. Emilio responde por partes: “Existe el automatismo, pero hay que hacer algo artístico con esto. No es cuestión de abrir el corazón y listo. Hay cosas que funcionan y otras que no. cuando vos te paras frente a un amanecer y por mas que te emocione no es un hecho artístico. Hay que sumar la elaboración.” Aquí es donde Kandisky vuelve a entrar en escena avalando de alguna manera la respuesta de Fatuzzo. “el artista debe tener que decir, pues su deber no es dominar la forma sino amoldarla a un contenido” esto responde al automatismo sin sentido de “el arte por el arte” diría Kandinsky.
Luego, y en relación al automatismo surge la contraparte del academicismo, Emilio opina que: “Hay que encontrar un equilibrio entre ser autodidacta y formarse académicamente. Veo que a mucha gente lo academizo le juega en contra. Te anula la imaginación y fuiste. No hay que pensar como hacer la obra sino trabajarlo desde adentro porque de esa manera vas a ser vos mismo no te vas a engañar con lo que dicen los demás.” Esto es pensado por Kandisky también. “El (artista) debe educarse y sumergirse en su propio espíritu (…) de modo tal que su talento externo tenga que vestir y no sea como el guante extraviado de una mano desconocida, vacía y sin significado”
En relación a estas concepciones Merleau Ponty nos dice, en “El ojo y el espíritu”[3] que “El pintor aporta su cuerpo. Y en efecto, no se ve como un espíritu podría pintar. Es prestando su cuerpo al mundo que el pintor cambia el mundo en pintura.” En relación a este “poner el cuerpo y el espíritu en función de la obra” surge otro interrogante que ya se deja entrever en esta frase de M. Ponty. A partir de esa mirada interior que propone Emilio sentí la necesidad de preguntarle sobre la realidad social si en algún momento fue disparador para la creación, ya que este proceso parecía estar ligado solo a lo interior. Me responde: “Sino queres cambiar nada ¿para que vas a crear? Si lo haces es porque no te convence lo que tenes adelante. Hay cosas de la realidad que te disparan. Pero hay que mirar para adentro y darle importancia a lo que vos sentís porque en ultima instancia uno mismo es un reflejo de la sociedad” esta respuesta me conecto con el campo de la sociología del arte en donde parece haber una indisociabilidad entre el arte, el artista, la obra, el vinculo con la sociedad mediante una construcción de la mirada. Esta temática es tratada de manera exhaustiva en el escrito de Berger, “Modos de ver.”[4] Del cual pude rescatar una frase que resume un poco la idea general del libro: “Lo que sabemos o lo que creemos afecta al modo en que vemos las cosas. (…) toda imagen encarna un modo de ver.”
Estas ideas son también retomadas por Acha en el capitulo que trata acerca de la percepción que constituye uno de los capítulos de: “El consumo artístico y sus efectos”[5] Allí, se tiene en cuenta “La fuerza social e histórica que incide en nuestros modos de ver. Resulta débil y hasta equivocada la creencia generalizada de que vemos al mundo tal cual y de forma pasiva, como si nuestra visión tuviese modos biológicos o innatos de acuerdo a leyes ópticas y el principio de la cámara oscura.” Con estas afirmaciones, el sentido “social” de toda imagen queda explicito. No necesariamente este aspecto del arte debe darse a partir de una imagen de realidad social, como dice Fatuzzo: “No hace falta pintar gente trabajando…” al reflexionar sobre lo social del arte. A su vez esto se relaciona indudablemente con el concepto de “punto de vista” que también es retomado por Merleau Ponty en su escrito “Fenomenología de la percepción”[6] donde se plantea una diferencia de estados entre la percepción y el análisis reflexivo consecuente. En el siguiente párrafo de M. Ponty, se explicita lo que Emilio afirma acerca de ese doble origen de la obra de arte, interno y externo. “No hay hombre interior, el hombre esta en el mundo, es en el mundo que se conoce” es decir que lo social estaría en este pertenecer al mundo y determinarme en el, teniendo en cuenta mi imposibilidad de objetivarme.
En un terreno puramente sociológico político, estas disquisiciones pueden acercarse a las categorías marxistas de estructura y superestructura retomadas por Godelier en “Lo ideal y lo material”[7] para explicar la relación entre lo real y lo ideal. En su escrito afirma: “las relaciones sociales nacen siempre simultáneamente fuera del pensamiento y dentro del pensamiento. El pensamiento mantiene siempre una relación de co-nacimiento con lo real social.” Creo que estos lineamientos conceptuales dejan en claro la toma de partido del artista entrevistado en cuanto a las nociones de inspiración y proceso creativo.
Además de estos temas más ligados al vínculo entre lo visceral y sensitivo, se trataron otros de carácter práctico como elección de técnicas, materiales y paleta.
Para analizar la elección de la paleta, me gustaría volver a tomar como parámetro a Kandisky. En la entrevista le pregunte por la monocromía evidente de sus ultimas obras. Emilio me responde “Ahí creo que entra en juego la intuición, que no te importe si pones un amarillo y violeta juntos. No estoy de acuerdo con las limitaciones académicas del color, como el equilibrio, etc.” a esto se refiere Kandinsky también en su ensayo sobre los efectos del color: “La armonía de los colores debe estar fundada específicamente en una de ley de contacto propicio con el alma humana, esto es, lo que llamaremos ley de necesidad interior.” nos afirma que la armonía del color en el arte contemporáneo se funda en otras leyes que están lejos de las concepciones clásicas de equilibrio. Hoy es necesario dar respuesta a esa “necesidad interior” a esa vibración de colores que propone Emilio para favorecer a la obra sin pensar en nada mas. Kandinsky aporta: “…así deben utilizarse los colores, no porque se encuentren o no en la naturaleza con determinado matiz, sino porque el tono elegido sea propicio o no para el cuadro.”
Otro artista que teorizo a partir de su práctica es Henri Matisse. Voy a tomarlo como otro de los parámetros conceptuales para trabajar la elección del color. En sus “Reflexiones sobre el arte”[8] hace eco también la idea de una necesidad interior puesta en función de la elección de la paleta. “Un alud de colores no tiene fuerza. La culminación del color solo se da cuando esta organizado, cuando responde a la intensidad emocional del artista” luego sigue: “El color contribuye a expresar la luz, no el fenómeno físico sino la luminosidad que existe como hecho, la que esa en el cerebro del artista” con estas frases, y con la ultima en particular, pretendo desterrar un poco la consideración que tome en un principio: la de pensar que la elección del color estaría dentro de lo “mero” practico. Hago un mea culpa, entendiendo que ni hasta el acto que mas parece estar alejado de lo visceral, es uno de los escalones pertenecientes a ese todo mediatizado por el pensamiento y la sensibilidad que es la obra de arte de un artista contemporáneo en donde el material y la técnica son los principales pilares de significado.

A modo de conclusión, quisiera señalar la importancia del encuentro sensible. Creo que colmo mis expectativas y sobre todos los objetivos de la materia ya que este acercamiento con su respectivo análisis permitieron adecuar un poco los conceptos teóricos al campo de la propia práctica artística. Pero lo que es más importante, desterrar cierto tipo de prejuicio y prevalores que se conjugan por el mismo poco o nulo acercamiento que tenemos a la práctica en la carrera.
Por eso puedo afirmar que la entrevista con Emilio Fatuzzo provoco en mi, el poder entrar en terrenos de sensibilidad pura para poder definirlo como un artista que deambula entre lo “espiritual y lo poético.”
Maria Laura Russo.

[1] Heidegger, El origen de la obra de arte
[2] Kandinsky, V. Sobre lo espiritual en el arte, Need, Bs.As. 1999
[3] Merleau Ponty, M. El ojo y el espíritu, Paidos ediciones, Bs.As.
[4] Berger, J. Modos de ver, Editorial Gustavo Gili. S.A., Barcelona.
[5] Acha, J. El consumo artístico y sus efectos. Editorial Trillas. Bs. As.
[6] Merleau Ponty, M. Fenomenología de la percepción
[7] Godelier, M. Lo ideal y lo material, Taurus humanidades,
[8] Matisse, H. Reflexiones sobre el arte, Emece editores.