No. La forma poética no está llamada a desaparecer, sino a extenderse, a modificarse, a seguir su desenvolvimiento en el eterno ritmo de los siglos.
Los nuevos maestros se dedican, más que a luchar en compañía de nuevos artístas, al cultivo de su propio ego.
Lo poético existirá mientras exista el problema de la vida y de la muerte.
El don del arte es un don superior que permite entrar en lo desconocido del antes y en lo ignorado del después, en el ambiente del ensueño o de la meditación.
No hay escuelas; hay poetas.
El verdadero artista comprende todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas.
Toda la gloria y toda la eternidad están en nuestro corazón.